DECOLORADO
La decoloración es uno de los tratamientos más agresivos que puedes hacerle a tu cabello. ¿Por qué? Porque tu pelo está formado por varias capas y la decoloración remueve las capas superficiales, donde se deposita el pigmento. El resultado es un cabello más fino. Después de la decoloración, la clave es nutrir e hidratar el cabello. Puedes empezar utilizando un champú suave. Estos champús contienen aceites y mantecas vegetales que aportan los lípidos necesarios para regenerar el cabello, dándole brillo y suavidad. Puedes alternar con un champú especialmente formulado para cabellos teñidos. Estos champús conservan el color a largo plazo gracias a su fórmula protectora que no apelmaza el cabello. Conservan su brillo y le devuelven la vitalidad. Como alternativa, también puedes lavar con un champú de violeta. Este previene la aparición de reflejos bruscos y nutre la fibra gracias a su contenido en antioxidantes y ácido hialurónico. La única precaución es dejarlo actuar el tiempo recomendado, pero no más, para no resecar el cabello.